Durante la Batalla de Piribebuy de la Guerra del 70, en represalia a una baja, las tropas aliadas incendiaron el hospital de sangre matando a 600 personas. Hoy solo quedan vigas, tejas y un monumento en su homenaje.
Un hospital con ventanas y puertas tapiadas, y en su interior 600 heridos de guerra más las enfermeras, ardía en llamas el 12 de agosto de 1869, durante la Batalla de Piribebuy de la Guerra de la Triple Alianza (1864–1870)
Era el Hospital de Sangre, en el que aún después de un tiempo de haberse producido el incendio, provocado por las tropas aliadas, se seguía oliendo carne quemada, e incluso restos de piel permanecían pegados a la pared. Según testimonios también se encontraron arañazos en las paredes y puertas, reflejando así la desesperación con la que los cientos de enfermos encerrados buscaron la salida para escapar de aquel infierno asesino.

En aquel tiempo, el general brasileño Juan Manuel Mena Barreto cayó muerto luego de que un certero disparo del Cabo Gervasio León –niño paraguayo francotirador– lo alcanzara. De ahí, la furia del Conde D′Eu se encendió más que nunca.
La primera víctima de la ira del conde fue el comandante paraguayo Pedro Pablo Caballero, quien al no pronunciar palabra alguna de rendición fue degollado y su cabeza rodó hacia los pies de su esposa que presenció el hecho. No contento, el conde siguió averiguando dónde había más gente con vida y fue allí cuando le avisaron de la existencia de un acto oficial en donde estaba el maestro guaireño Fermín López, a quien también mandó degollar con sus dos alumnos al lado
“Por último le hablaron del Hospital de Sangre. Dio la orden y fuera quemado, y los que intentaban salir a punta de bayoneta entraban nuevamente”, relató Miguel Ángel Romero, encargado del Museo Pedro Pablo Caballero.
Es ahí, reflexiona, donde las cosas de la guerra tienen su propia lógica. “Cuando uno ve a su jefe tan fuera de sí en el afán de satisfacer o calmar su furia, la soldadesca o subordinados que no tienen capacidad de raciocinio o discernimiento, extreman las medidas de represión y a raíz de ello incendiaron el hospital”. No solo paraguayos murieron allí. En el hospital también estaban heridos de las fuerzas aliadas. Los soldados que cumplieron la directiva del Conde D′Eu olvidaron eso y sin temblarles el pulso quemaron vivos a todos, incluso a los niños.
Hoy, un monumento erigido en 2006 en el que homenajean a los caídos en la Batalla de Piribebuy y a los muertos en el Hospital de Sangre reposa en ese lugar.
Penosamente no existen señalizaciones para llegar al sitio, lamentan los pobladores, quienes siempre reciben a turistas, que luego de varias consultas llegan al monumento.