El día 29 de Septiembre, feriado en Paraguay, con diversos actos será recordada la victoria paraguaya en la Batalla de Boquerón durante la Guerra del Chaco. Hoy se cumplen 84º aniversario de la contienda chaqueña.
Como testigos vivientes de esa contienda solo sobreviven menos de 2.000 excombatientes, de acuerdo a las estadísticas que maneja el Ministerio de Hacienda de la República del Paraguay.
La Batalla de Boquerón fue uno de los combates más importantes de la Guerra del Chaco (1932 – 1935) entre Bolivia y Paraguay.
Por un lapso de 23 días los Regimientos Campos de La Paz y el 14° de Infantería de Oruro, con un total de aproximadamente 600 hombres al mando del Teniente Coronel Manuel Marzana, rechazaron los repetidos intentos del ejército paraguayo de tomar el Fortín, el cual se encontraba cercado por más de 13.000 soldados al mando del entonces Coronel José Félix Estigarribia.
Cabe recordar sin embargo que el ejército boliviano rompió tres veces el cerco, con lo que el total de combatientes subió a 1200. Se trataba de efectivos del Regimiento «6 de Caballería» de Oruro, comandado por el legendario Germán Busch Becerra; el Destacamento «Peñaranda» compuesto por una compañía del Regimiento «Lanza» de La Paz; y finalmente una compañía del Regimiento «Campero» de Chuquisaca.
La recuperación por las fuerzas paraguayas de la laguna Pitiantuta hizo que Bolivia tomará represalias capturando tres fortines paraguayos a fines de julio de 1932: Boquerón, Corrales y Toledo. La recuperación de uno de ellos, Boquerón, fue determinante para fortalecer la moral de las fuerzas paraguayas y encarar con bríos la defensa del territorio chaqueño en un conflicto que duró tres años.
La captura por el Ejército boliviano de los tres fortines, en represalia por la recuperación de la laguna Pitiantuta, obligó al Gobierno paraguayo a decidir la retoma de estos tres fortines. Para ello, dispuso la movilización general y la puesta en marcha de un eficiente engranaje bélico que demostró su efectividad desde ese momento inicial.
El 9 de setiembre de 1932 se inició el ataque paraguayo, que logró su culminación con la rendición boliviana, el 29 de setiembre, luego de 20 días de lucha.
La rotunda victoria paraguaya se debió más a la consecuencia lógica de un asedio prolongado que a una superioridad militar en el campo de batalla.